Repitió grandes franjas verticales blancas y negras de 8,7 cm. de ancho como útiles de trabajo ("formas negativas perfectas" al margen de significado, valor estético o subjetivo), y sacó su obra a la calle (metro, autobuses, vallas publicitarias,...) de modo que cualquiera pudiera repetir el patrón. Así, acababa con el concepto de obra única y además, mostraba su intención de romper con galerías y museos como sistema comercial y único medio de exhibición del arte.
En 1986 Francia, representada por él en la Bienal de Venecia, recibió el León de Oro a la mejor participación de país.
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Que la lumiere soit rouge (hágase la luz roja), 2007 Tejido de fibra optica laminado, aluminio y LEDs |
Les deux plateaux, 1985-1986 |
La cabane éclatée nº 2 , 1984 (La cabaña descompuesta) |